A lo largo de su trayectoria profesional, los profesionales de la salud hacen frente a un gran número de situaciones estresantes en las que el sufrimiento humano suele estar presente y que puede derivar en agotamiento físico y psicológico, malestar e incluso en burnout o fatiga por compasión.
La práctica del mindfulness o atención plena es una herramienta adecuada para gestionar todo este tipo de situaciones en las que el mundo emocional tiene una gran participación. Aprender a serenar la mente, mantener la calma y no dejarse llevar por los impulsos y las emociones es necesario tanto para el propio profesional sanitario como para el contexto que le rodea.
Este programa formativo no solo enseñará al profesional sanitario conocimientos sobre cómo funciona la mente humana, sino que le proporcionará técnicas para favorecer estados de relajación, facilitará la comprensión sobre las reacciones y sentimientos de sus pacientes y le ayudará a mejorar su calidad de vida.