No hay duda de que del conocimiento adecuado de los fármacos depende, en la mayoría de las ocasiones, la salud e incluso la vida del paciente. A partir de este conocimiento, los profesionales son capaces de detectar reacciones adversas, errores de medicación y, además, garantizan una administración eficaz y segura. Por eso, es esencial que el profesional de la salud, que desarrolle sus funciones en el ámbito de las urgencias y emergencias, esté formado en farmacología.
Este programa formativo contiene material teórico y práctico en el que aparecen, por orden alfabético, un gran número de fármacos. Además, de cada uno de ellos se comenta sus acciones, presentación, dosificación y posología, así como las precauciones más importantes que se deben de tener en cuenta en su manejo. Todos estos fármacos están enfocados en función de las patologías que más se suelen tratar en los protocolos de urgencias y emergencias.