La aparición de una nueva enfermedad infecciosa supone siempre una situación compleja, especialmente si lo hace como una epidemia de extensión o gravedad significativas, como es el caso del coronavirus (Covid-19). Los casos aumentaron rápidamente en Wuhan y en la provincia de Hubei, extendiéndose en menor número y con cadenas de transmisión limitadas por toda China.
No obstante, la situación fue peor, con casos importados y casos secundarios en numerosos países. De hecho, el 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declaró una situación de emergencia internacional. Así, el nuevo coronavirus, que posiblemente saltó de algún animal al humano en la ciudad de Wuhan a finales del 2019, ha logrado, en apenas unas cuantas semanas, acaparar toda la atención mediática, científica y de la comunidad internacional.
La pandemia, declarada por la OMS el 11 de marzo pasado, está evolucionando de manera muy rápida y con ello, el conocimiento que tenemos sobre este nuevo virus. De no saber nada de él a principios del 2020, la comunidad científica ya ha logrado aislarlo, secuenciarlo, identificarlo y desarrollar pruebas para diagnosticarlo.
Sin embargo, como sucede con toda nueva pandemia, siguen existiendo muchas incógnitas que se irán resolviendo a medida que esta evolucione y que los científicos logren entender más sobre el comportamiento del virus. Por eso, este programa formativo reúne todos los aspectos que se conoce, hasta el momento, sobre este virus, pero con el compromiso de ir actualizándose cada vez que se descubre una nueva evidencia.